La importancia de tener un intestino sano
En los últimos tiempos se ha extendido el interés por cuidar el intestino, hasta llegar a convertirse en una prioridad dentro de las diferentes ramas de la medicina.
No solo se trata de la importancia de los intestinos para la salud digestiva o gastrointestinal sino que una flora intestinal sana está relacionada con muchas de las funciones de nuestro cuerpo e incluso con nuestro estado de ánimo.
Esto se debe a que el intestino contiene entre 100 y 200 millones de neuronas y miles de millones de bacterias en el tubo digestivo, que juntas conforman el sistema nervioso entérico.
Gracias a este sistema nervioso entérico, el intestino y el cerebro trabajan de manera conjunta en el control de las emociones, el estrés, la ansiedad o la depresión.
También se está estudiando la relación entre la microbiota intestinal y determinadas enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer.
Índice
Importancia de un intestino saludable
Alimentación para un intestino saludable
Relación entre la flora intestinal y nuestra salud física y mental
Importancia de un intestino saludable
Tener un intestino saludable es importante para lograr un bienestar sin molestias gastrointestinales, pero también para mantener una correcta salud física y mental, evitando otros síntomas y enfermedades relacionadas con la microbiota intestinal o la flora.
Un intestino saludable es aquel con una gran variedad de bacterias, es decir la microbiota intestinal, beneficiosas para nuestro organismo.
Esta microbiota es única para cada persona, y cumple o participa en diversas funciones:
- Refuerzan el sistema inmunitario.
- Ayudan a reducir la obesidad.
- Alivian la inflamación en enfermedades crónicas.
- Toma parte en la captación y almacenamiento de energía.
- Participa en funciones metabólicas.
- Mejora los síntomas de la depresión.
- Funciona como barrera ante patógenos que pueden afectar al sistema inmunitario.
Recientemente, un estudio científico ha investigado la importancia de un intestino sano para un corazón sano y ha demostrado que la capacidad para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, que se obtiene a través de una dieta con más alimentos vegetales y fibra y menos productos de origen animal, está directamente relacionada con la disminución de ciertos metabolitos perjudiciales de la microbiota intestinal. Es decir, cuanto más sana sea nuestra microbiota intestinal, mejor podremos reducir dicho riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Alimentación para un intestino saludable
La microbiota intestinal responde a muchos factores que afectan al metabolismo, como la dieta, la medicación o el estrés.
Por eso, los expertos coinciden en estas 3 claves para un intestino saludable:
- Evita los elementos que puedan provocar inflamación intestinal.
- Cuida la flora intestinal.
- Regula la acidez del estómago.
Las bacterias que habitan en nuestros intestinos son únicas para cada individuo, casi a modo de huella dactilar, pues se ven influenciadas por su genética, la alimentación o el modo de vida.
Por este motivo, los expertos ya saben que a la hora de elegir alimentos para cuidar la flora intestinal, deben personalizar la dieta a las necesidades y características particulares de cada persona, aunque existen algunos alimentos en los que todos están de acuerdo.
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Vegetales: Alcachofas, lechuga, puerros, cebollas, ajo o espárragos, resultan beneficiosos para la microbiota.
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Fibra: Las frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales ayudan a la digestión y previenen el estreñimiento, a la vez que alimentan a las bacterias beneficiosas de nuestro intestino. Aun así, ante personas con poca costumbre de consumo de fibra, los expertos recomiendan introducirlas poco a poco en la alimentación, pues demasiada fibra de golpe puede provocar flatulencias o cólicos. En este artículo te ayudamos a saber qué frutas pueden mejorar nuestra digestión.
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Probióticos: Los probióticos, como el yogur, ayudan a desarrollar algunos microbios beneficiosos para el intestino, mejoran la salud gastrointestinal y previenen la inflamación. También son recomendables los prebióticos, que son sustancias no orgánicas que favorecen el desarrollo de los probióticos.
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Aceite de oliva virgen extra: Este tipo de aceite, tiene que ser específicamente virgen extra, contiene unos 30 tipos de polifenoles que alimentan las bacterias intestinales mediante sustancias que reducen la inflamación y favorecen el sistema inmunológico.
Además de los alimentos para cuidar el intestino, hay otros elementos o productos que debemos evitar dentro de lo posible:
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Los antibióticos: El uso excesivo de antibióticos provoca una modificación de la microbioma ya que matan tanto las bacterias perjudiciales para nuestro organismo como las beneficiosas. Por ello, si debes tomarlos ante una enfermedad, los expertos aseguran compensar sus efectos mediante alimentos que protejan la microbiota intestinal.
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La comida basura: Este tipo de alimentos altamente procesados contienen ingredientes que pueden dañar las bacterias beneficiosas y favorecer otras que causan inflamación, reduciendo la diversidad del microbioma hasta en un 40 %.
Relación entre la flora intestinal y nuestra salud física y mental
El papel de la flora intestinal en la salud y en la enfermedad está más que estudiado por los expertos.
La compleja red neuronal presente en los intestinos participa en las funciones asociadas a la nutrición, como la asimilación de alimentos y la protección ante elementos dañinos, y también en otras asociadas al sueño, la memoria y los estados de ánimo, con una influencia directa en la depresión o la agresividad.
Esto es así porque el 70 % de las células inmunitarias de nuestro organismo se encuentran en el tracto digestivo, lo que explica por qué es tan importante la flora intestinal.
Si nuestra biota está sana, tendremos menos posibilidades de contraer enfermedades, sufrir alergias o padecer afecciones autoinmunes.
Existen numerosos estudios que relacionan los desequilibrios en la flora intestinal con enfermedades como la obesidad, las alergias o incluso las alteraciones psicológicas.
Se ha comprobado que una flora intestinal desequilibrada puede provocar:
- Malestar.
- Hinchazón, flatulencia, diarrea, estreñimiento y acidez.
- Digestiones pesadas.
- Intolerancias alimentarias.
- Cambios de peso no provocados.
- Trastornos del sueño.
- Fatiga sin motivo.
- Irritabilidad.
- Mal humor.
- Bajones emocionales.
Los intestinos y la hormona del bienestar
Una correcta salud intestinal influye en la salud general de nuestro organismo y también en nuestros estados de ánimo. Esto es porque en el intestino se produce y almacena hasta el 90 % de la serotonina, también llamada “la hormona de la felicidad”.
Entre los 6 efectos de esta hormona en tu cuerpo y mente se encuentran
- Participa en la digestión.
- Absorbe los nutrientes y facilita su entrega a los músculos.
- Controla los estados de ánimo.
- Regula la temperatura corporal.
- Influye en el deseo sexual.
- Reduce los niveles de agresividad.
- Regula el sueño.
A su vez, la carencia de serotonina puede provocar problemas intestinales, como el estreñimiento crónico, además de malestar emocional.
La serotonina se relaciona directamente con el triptófano, un aminoácido esencial para nuestro organismo, que facilita la liberación de esta hormona. Por el contrario, la falta de este aminoácido aumenta los niveles de ansiedad o insomnio, y es una de los síntomas y consecuencias del estrés.
Podemos obtener triptófano a través de determinados alimentos ricos en proteínas, como la leche, el huevo, los cereales integrales, legumbres, carnes rojas y chocolate.
Conclusión
Comprender la importancia de la microbiota intestinal y, por tanto, cuidar el intestino y nuestra salud intestinal equivale a cuidar de la salud de todo nuestro organismo, desde el sistema inmunitario al bienestar mental, asegurarnos de absorber todos los nutrientes que necesitamos y eliminar las toxinas.
Por esto resulta de vital importancia seguir una alimentación sana, con predominancia de frutas y verduras, beber abundante agua, practicar ejercicio y mantener hábitos saludables para cuidar la flora intestinal y evitar posibles trastornos e intolerancias.