La importancia de las vitaminas en el embarazo
Vitaminas y embarazo, deben ir siempre de la mano
El embarazo es probablemente la etapa de la vida de una mujer en la que la preocupación por una buena dieta está más justificada.
La correcta alimentación de la madre es la mejor manera de cuidar de la salud del bebé. Pero además, teniendo en cuenta la salud previa de la mujer antes del embarazo, es posible que se necesite algo más que una alimentación correcta solo durante los meses de gestación.
No es infrecuente que durante el embarazo sea necesario suplementar la dieta materna con vitaminas y otros nutrientes. Para ello siempre será imprescindible seguir los consejos médicos, los cuales se determinarán tras el procedente chequeo general de la salud de la embarazada.
Durante el embarazo, las mujeres deben tener un aporte adicional de vitaminas. Un aliado para la ingesta de vitaminas pueden ser los zumos y batidos.
Hay muchos tipos de vitaminas y cada una tiene funciones distintas en nuestro organismo. Vamos a repasar algunas de las más importantes para las embarazadas, así como los alimentos naturales donde podemos encontrarlas para hacer nuestros zumos, batidos o purés.
Vitaminas y embarazo
La vitamina B6 o piridoxina está relacionada con la producción de mielina y cumple una función muy relevante en la formación del sistema nervioso del bebé. La carencia de esta vitamina está relacionada con trastornos como la irritabilidad, la depresión, las crisis epilépticas y con lesiones cutáneas como la dermatitis seborreica.
Podemos encontrar esta vitamina en muchas verduras con las que hacer batidos y purés, como las espinacas, el brócoli, los guisantes, los espárragos y los pimientos.
La vitamina A también es esencial durante la gestación. Un aporte insuficiente de ella puede provocar ceguera nocturna, y aumentar los riesgos de parto prematuro, desprendimiento de placenta y una mayor mortalidad materna.
La vitamina A se encuentra en frutas como el melón, los albaricoques, la papaya o el mango y la zanahoria, todas ellas excelentes para hacer zumos.
La vitamina E es el principal antioxidante liposoluble. Los buenos niveles de vitamina E en el cuerpo ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, así como el cáncer y varios trastornos neurológicos.
Algunos de los alimentos más ricos en vitamina E con los que podemos hacer zumos muy sabrosos son el kiwi, el mango, el aguacate y el tomate.
La vitamina C es una de las más conocidas y de todos es sabido que su carencia produce escorbuto. Además, tener buenos niveles de esta vitamina ayuda a prevenir la preeclampsia, uno de los trastornos del embarazo que puede llegar a padecer hasta un 10% de las embarazadas.
La vitamina C, es una de las más fáciles de encontrar porque podemos hallarla en una gran variedad de frutas, especialmente los cítricos (naranjas, limones, mandarinas, clementinas) destacan los kiwis, la papaya, la guayaba y los frutos rojos (como el escaramujo, la cereza, la ciruela y la acerola).
La vitamina B9, también conocida como ácido fólico, es fundamental en las primeras fases del embarazo, pues su carencia se relaciona con defectos del tubo neural, que pueden llegar a causar problemas de salud muy serios en los bebés o incluso abortos espontáneos.
El ácido fólico se encuentra en frutas como la naranja, el plátano y el melón.
Podemos combinar las distintas frutas para ir buscando nuestra combinación de sabores preferidos. Teniendo en cuenta las muchísimas combinaciones posibles que nos posibilitan las frutas y las diversas maneras de tomarlas.
Juega con las frutas a diseñar tu zumo, batido o puré preferido. Mezcla sabores, cantidades y texturas distintas hasta encontrar las mezclas que más te gusten
Vitaminas y embarazo, juntos, de la mano siempre.