¿Defensas bajas? Descubre cómo fortalecer tu sistema inmunológico
Una persona con buena salud goza de vitalidad y energía para enfrentarse a las necesidades diarias de su rutina. Pero si sueles sentirte cansado de forma permanente, notas debilidad y eres propenso a contraer determinadas enfermedades, puede que tengas las defensas bajas.

Un sistema inmunológico sano nos protege y evita posibles enfermedades o infecciones. Sin embargo, ante determinadas situaciones, es posible que este sistema inmunológico se debilite y ya no sea capaz de protegernos con tanta eficacia.
En el siguiente artículo te explicamos qué son, cómo subir las defensas y cómo saber si las tienes bajas.
¿Cómo saber si tengo las defensas bajas? Principales signos y síntomas
Nuestras defensas pueden encontrarse bajas por diferentes motivos: una mala alimentación, cambios bruscos de temperatura, ambientes contaminados o incluso determinadas enfermedades que afectan al sistema inmunológico, como pueden ser las alergias o enfermedades autoinmunes.
En esta situación, el cuerpo muestra una serie de signos que nos alertan de que debemos fortalecer el sistema inmunológico.
Cansancio permanente
Es normal sentirse cansados al final del día o después de una jornada especialmente agotadora, pero si nos ocurre al despertar o ante el más mínimo esfuerzo, es probable que tengamos las defensas bajas.
Caída del cabello
El cabello puede caerse por muchos motivos, pero si es demasiada cantidad, puede ser síntoma de alguna enfermedad.
Un sistema inmunitario débil puede provocar una pérdida frecuente, demasiado intensa o prolongada en el tiempo.
Infecciones o resfriados frecuentes
Aunque una gripe o un resfriado puede ser algo común, sobre todo en determinadas épocas del año, debemos estar alerta si nos resfriamos con demasiada frecuencia o contraemos infecciones como las de orina, gastrointestinales, encías inflamadas o molestias como el herpes, que suele aparecer o recrudecer si las defensas están bajas.
También si estas enfermedades o infecciones presentan cuadros demasiado graves o resistentes al tratamiento puede ser síntoma de un sistema inmunológico demasiado débil.
Alergias
El sistema inmunitario no nos protege de las alergias, pero sí alivia los síntomas y reduce la frecuencia e intensidad de los ataques alérgicos. Por eso, si estos son habituales o demasiado fuertes, puede deberse a las defensas bajas.
Problemas de cicatrización
En el caso de que cualquier herida o corte leve tarde demasiado en cicatrizar y duela más de lo que sería lógico, puede indicar que tus defensas no tienen la fuerza suficiente y el sistema inmunitario prioriza cuando se le acumula el trabajo.
Mareos o sangrado de la nariz
Este es un síntoma poco habitual de defensas bajas, pero se produce en determinadas ocasiones, por lo que vale la pena tenerlo en cuenta, sobre todo si son demasiado intensos o frecuentes y no encuentras otra explicación.
Manchas en la piel
Las defensas bajas también pueden producir manchas de color marrón, rojas o blancas en cualquier parte del cuerpo y la cara.
Estos síntomas pueden producirse juntos o de manera independiente y, como hemos visto, no todos se deben a un sistema inmune debilitado. Por eso, lo más aconsejable es prestar atención al funcionamiento de nuestro organismo para saber cómo actuar ante las defensas bajas desde el primer síntoma.
¿Cómo subir las defensas?
Ahora lo importante es saber cómo subir las defensas rápidamente y mantenerlas en buen estado para evitar que vuelvan a debilitarse.
Duerme lo necesario
Nuestro cuerpo necesita unas horas mínimas de descanso, que dependen de cada persona, su estado físico y sus necesidades energéticas diarias. Si estas horas no se cumplen, el cuerpo produce cortisol, una hormona que afecta al sistema inmunológico.
Los científicos recomiendan dormir, como mínimo, entre 7 y 8 horas al día, para poder recuperar el gasto energético del día y preparar el organismo para la siguiente jornada.
Si notas que te cuesta conciliar el sueño, te recomendamos estas 5 frutas que te ayudarán a dormir.
Reduce el estrés
Las defensas bajas son una de los más conocidos síntomas y consecuencias del estrés.
El estrés, la ansiedad y los nervios impiden que el organismo descanse todo lo que necesita, dificultan el sueño y aumentan la sensación de cansancio.
Todo esto provoca que a las defensas les cueste más trabajar y se acaban debilitando.
Evita las situaciones de estrés o busca alguna manera de sobrellevarlas, como la relajación o el deporte.
Mantén una buena higiene
Con unas normas básicas de higiene y limpieza mantendremos alejados de nuestro organismo a los agentes externos que pueden provocar enfermedades y debilitar nuestras defensas, como virus y bacterias.
Mantener una buena higiene es tan sencillo como:
- Báñate todos los días.
- Lávate las manos con jabón frecuentemente.
- Lava los alimentos antes de cocinarlos.
- Usa ropa limpia.
Cuida tu alimentación
Una dieta sana y equilibrada es básica para mantener altas las defensas, por eso todos los expertos conocen la relación entre la alimentación saludable y el sistema inmunológico.
Debes mantener una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteína magra; y baja en azúcar, grasas y alcohol.
La mejor manera de asegurar esta dieta es tomar alimentos variados y prestar especial atención a aquellos con vitaminas y nutrientes esenciales como la vitamina C, el zinc y otros antioxidantes, que puedes encontrar en grandes cantidades en los diferentes tipos de frutas cítricas.
Este tipo de vitaminas y minerales se consideran los mejores alimentos para subir las defensas rápidamente.
Realiza ejercicio físico
El ejercicio físico, practicado de manera segura y habitual, aumenta los anticuerpos y reduce la hormona del estrés (Cortisol). De esta manera, ayuda a reforzar y subir las defensas bajas de una forma sencilla.
Beneficios de subir las defensas del organismo
Subir las defensas y fortalecer el sistema inmunológico hará que tu organismo funcione de forma correcta, te ayudará a mejorar tu salud y a disfrutar de una mayor calidad de vida.
Con unas defensas altas, obtendrás múltiples beneficios como:
- Una mayor energía y vitalidad para enfrentarte a la rutina y las exigencias del día a día.
- Una salud más fuerte que evitará que enfermes con tanta facilidad y te protegerá de más resfriados e infecciones que si tuvieras las defensas bajas.
- Evitarás infecciones habituales en personas con disminución de las defensas.
- Las enfermedades serán más cortas y menos intensas. Los episodios de gripe o resfriados no serán tan graves.
- Mejorarás tu aspecto físico. Las defensas altas se reflejan en un cutis sano, libre de manchas y de aspecto más juvenil, y en uñas y cabello más fuerte y brillante.
- Mejorarás tu estado de ánimo y tu actitud ante los problemas diarios.
Conclusión
El estrés, la falta de sueño o una mala alimentación pueden debilitar tus defensas y afectar al sistema inmunológico. Una dieta sana y variada, con predominancia de frutas, verduras y proteínas magras, el ejercicio físico regular y un buen descanso te ayudarán a mantener las defensas altas y un sistema inmunológico sano y fuerte.
Ya has visto los síntomas y señales ante los que debes estar alerta y cómo actuar ante defensas bajas. Si notas cualquiera de estos síntomas, sigue nuestras recomendaciones y no dudes en acudir al médico. Con una sencilla analítica verás el estado de tus defensas y te indicará cómo subirlas rápidamente.