Beneficios de cocinar en familia
En estos tiempos que corren, hemos olvidado los beneficios que puede reportarnos la cocina como una actividad familiar.
La cocina ya no es como era en la época de nuestras abuelas, mujeres que tenían tiempo para dedicarle a cada plato cariño y mimo. En la actualidad, muchas familias apenas tienen tiempo para cocinar.
- El trabajo nos exige demasiadas horas y esfuerzo.
- Almorzamos cualquier cosa en la oficina, comida de tupper o en la cafetería más cercana.
- Las exigencias de la rutina, familia, gimnasio, horas extras, responsabilidades…no nos dejan ganas de nada más.
- Almorzamos a solas, cada miembro de la familia a su propia hora, unos en la cocina, otros en el salón…
La consecuencia de esto es que acabamos buscando productos de elaboración rápida, que se puedan preparar y consumir sin que ello interrumpa nuestras otras obligaciones.
Por eso, muchas personas han abandonado el placer de la cocina y se han convencido de que incluir a los niños o a otros miembros de la familia en esta labor es una pérdida de tiempo y un aumento del esfuerzo exigido.
No es así.
Índice
Beneficios de cocinar en familia
Pasar una jornada divertida en familia
Apreciar el valor del esfuerzo
Hábitos de alimentación saludable
Los beneficios de cocinar en familia
Con el confinamiento que nos hemos visto obligados a mantener, muchos hemos redescubierto el placer de la gastronomía casera, la repostería, la búsqueda de recetas originales y divertidas.
Por eso, es el momento de descubrir también los beneficios que aporta la cocina en familia.
Cocinar en familia, con nuestra pareja o hijos, es una actividad que puede mejorar de múltiples maneras nuestra salud física y mental.
- Fortalece la relación entre los miembros de la familia, ya que todos pueden involucrarse con ideas divertidas su propio trabajo.
- Refuerza el papel de los niños en el núcleo familiar.
- Aumenta en los niños el deseo de aprender cosas nuevas.
- A cambio de nuestra confianza, los niños se esforzarán por cumplir con lo que les pidamos, como una muestra de responsabilidad, implicación y madurez.
Pasar una jornada divertida cocinando en familia
Pasar una tarde o una mañana en familia, sin más obligaciones ni responsabilidades que la cocina, es una oportunidad inmejorable para estrechar lazos y crear unos recuerdos que permanecerán para siempre en la mente de todos.
Es un rato en el que podremos crear un ambiente tranquilo y relajado para:
● Charlar unos con otros
● Interesarnos por las vivencias de cada uno y
● Conocer sus intereses.
Descubrir nuevos sabores en la cocina con toda la familia
Tanto cuando cocinamos en casa en un día normal como cuando salimos en familia a comer fuera, tendemos a ofrecer a los niños los mismos platos, sabores a los que están acostumbrados y para los que sabemos que no pondrán problemas.
Pero, ¿sabes lo que ocurre si en la preparación de los platos incluimos sabores y productos con los que los niños no estén familiarizados?
- Se sentirán más dispuestos a probar cosas nuevas, pues lo verán como parte de un juego.
- Le perderán el miedo a esos alimentos que, de otro modo, rechazarían sin llegar a conocer, al no saber de dónde vienen.
Al descubrir un ingrediente nuevo, trabajar con él y ver cómo se transforma hasta convertirse en un plato que ellos mismos han elaborado, no podrán resistirse a la tentación de probarlo. Y algo que hemos cocinado la familia unida, con nuestras manos, siempre nos va a saber mejor.
Aumenta la autoestima de los miembros de la familia en la cocina
Cuando cocinamos en familia hacemos que los niños formen parte de este proceso.
- Al hacerlos responsables de algún paso en las elaboraciones y felicitarlos por sus avances y por su implicación, sentirán que su esfuerzo se ve recompensado.
- Cuando la familia al completo deguste los platos que han elaborado todos juntos, los niños sentirán el logro y la satisfacción de un trabajo bien hecho.
- Al sentir que están haciendo algo bien y que confiamos en ellos para esa tarea, verán reforzada su autoestima y, por tanto, la confianza en sí mismos.
Al cocinar en familia, apreciarán el valor del esfuerzo
Si hacemos que los niños y jóvenes descubran todo lo que hay detrás de una receta, la dedicación y el empeño que requiere cada plato, aprenderán el valor que tiene y la recompensa que se puede obtener con un poco de esfuerzo.
Esto es algo que podrán extender a todos los aspectos de su vida: sus estudios, la relación con la familia o con las amistades.
La cocina en familia ayuda a enseñar hábitos de alimentación saludable
El rato que pasa la familia cocinando junta puede ser una oportunidad perfecta para enseñar a los niños qué es la alimentación saludable y cuáles son sus beneficios.
A través de esta actividad, enfocada de una manera lúdica y divertida, podremos darles a conocer todo tipo de frutas y verduras que quizá solo han visto en platos que no comprenden y que, por lo tanto, creen que no les van a gustar.
¿Sabes cómo hacerlo?
- Puedes ofrecerles estos ingredientes desconocidos en pedazos pequeños, como parte de un juego para distinguir los olores, los colores y sabores.
- Atraes su interés hacia estos productos si los animas a manejarlos: pelar las frutas o verduras, trocearlas o utilizarlas como decoración.
- Te verán comerlas tú y sentirán curiosidad por su sabor.
Aprender juntos hábitos de reciclaje
Qué mejor momento que el de la cocina en familia, cuando se generan residuos de todos los tipos: papel, plástico y orgánico, para aprender hábitos de reciclaje.
Podemos acostumbrar a los niños a tirar cada tipo de residuo en su contenedor correspondiente, y así les estaremos enseñando, además de a preparar alimentos, a cuidar del planeta.
Cocinar en familia, comer en familia
Si preparamos un almuerzo o una cena juntos, el paso siguiente y lógico es degustarla juntos.
Recuperar el hábito de almorzar en familia es una manera de estrechar vínculos y de compartir, no solo la experiencia de la cocina todos juntos, sino la rutina de entablar unas conversaciones cotidianas que podremos extender al resto de los días.
Seguridad en la cocina para toda la familia
La cocina en familia es una excusa perfecta para enseñar a los niños todos los cuidados que deben tener con los aparatos y utensilios que, de otra manera, podrían atraer su curiosidad y representar un riesgo para ellos:
- aparatos de cocina,
- cuchillos,
- fuegos…
Con la seguridad de nuestra compañía, descubrirán qué son, para qué sirven y cómo evitar riesgos.
Cocinando en familia según las edades
Involucrar a los niños en la cocina con el resto de miembros de la familia es algo que ofrece múltiples beneficios, como acabamos de ver, pero está claro que debemos hacerlo con todas las precauciones posibles para evitar riesgos innecesarios.
Por ello, deberemos adaptar las actividades que propongamos a los niños de acuerdo con su edad.
Cocinar en familia con niños muy pequeños
Los niños muy pequeños pueden participar en los pasos más básicos de una receta:
- Lavar las frutas y verduras.
- Apilar comida, como para hacer un sándwich, hamburguesas o ensaladas.
- Separar unos ingredientes de otros, como tipos de vegetales o de hortalizas.
De esta manera, también aprenderán a conocer e identificar cada ingrediente por su tamaño, forma, color y, si se lo vamos explicando mientras lo hace, aprenderá los beneficios y propiedades de cada uno de ellos.
Cocinar en familia con niños más mayores
A medida que crecen, podemos implicar a los niños en tareas algo más complejas.
- Medir cantidades de ingredientes.
- Cortar frutas blandas que no requieran cuchillos muy afilados.
También puedes empezar a familiarizarlos con determinadas herramientas, como la batidora o la licuadora. Podemos aprovechar que hacemos unos deliciosos purés de frutas, ideales para los niños, para mostrarles las cuchillas y explicarles por qué no deben meter los dedos dentro de la batidora.
En resumen, los múltiples beneficios de la cocina en familia
Como has visto, el hecho de cocinar en familia puede ser una actividad divertida, que sirva para estrechar los lazos y reforzar la unidad familiar y, además, para descubrir nuevos sabores y fomentar una alimentación saludable.
¿A qué estás esperando para probarlo?